"Íngrimo" Mi Conde de Lautréamont
- Federico Vaucheret

- 29 jul 2020
- 3 Min. de lectura
En el marco del Premio Paul Cézanne, que presentó como particularidad, en esta edición 2020 por tema la obra de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont, en ocasión de los 150 años del fallecimiento del poeta montevideano y a un año del 150 aniversario también de la primera publicación de su obra maestra, "Los Cantos de Maldoror"
Metodología de trabajo y la estrategia conceptual de la propuesta.
Luego de interiorizarme con la propuesta artística, y habiendo incursionado en el análisis de algunos textos de la obra y sobre la vida del Conde de Lautreamont, es que comienzo con la creación de varios croquis de modelos tentativos y de sendos bocetos sobre un posible proyecto.
Con las alternativas desplegadas y sopesando lo anteriormente investigado, la determinación de la pieza que a la postre seria la ejecutada, se sustentó en seleccionar la que fuera la mejor representación de mi subjetiva interpretación de la obra de este gran poeta, tanto de su literatura como de su singular, enigmática y lúgubre interpretación de la vida misma.
La técnica utilizada para la ejecución de esta obra fue el oleo sobre lienzo, comenzando con un fondo homogéneo en color naranja, para luego, en seco, continuar trabajando con veladuras sobre este. Con respecto a la elección de los colores, decidí usar una paleta que se mantuviera dentro de los matices de los marrones y terracotas, que colidan con los tintes verdes y azules, realzando u
opacando los contrastes en su encuentro, logrando así un efecto homogéneo, que desenmascara la pluralidad de sentimientos que cohabitan pero a su vez se esconden bajo los funestos pensamientos del poeta, no permitiendo estos, emerger a la superficie, desde los oscuros de sus propios fantasmas, al cromatismo de una infancia saboteada por la soledad.
El color naranja de fondo sugiere fortaleza, ambición, determinación, energía, alegría y triunfalismo, que se pierden en la mirada profunda pero ausente de su rostro. El busto rígido y erguido de Isidoro Ducasse contiene, en su íngrima rectitud, los innumerables cuestinamientos sin respuesta de su intrigante vida.
En sus manos, la cabeza del sapo seráfico, animal que en muchas culturas simboliza el cambio, la transición del crecimiento, del mismo modo, sapo y rana han sido considerados animales impuros por la cristiandad, así lo manifiesta San Juan en su Apocalipsis (XVI, 13).
El poeta utiliza al serafín como una suerte de elemento de metamorfosis con un arquetipo del mal, siendo a su vez, este animal, el primer “ser divino” que Maldoror encuentra en su camino en Les Chants de Maldoror. Las manos deformes y estiradas de Isidoro, como garras, se hunden en la carne del sapo desgarrando la piel, y sangran, sangre de dolor y muerte o sangre de génesis y vida, quedando así sus manos ungidas por igual de esperanza y de miedo a la desgarradora transición
del cambio, divino y maléfico a la vez. En su saco el camino de las avispas, este icónico insecto simboliza el continuo autoflagelo de la humanidad y su autodestrucción. Brutal y atemorizante, la avispa camina en forma ordenada y sin rumbo propio, sin desviarse del camino que, tanto desconoce como respeta, dirigida por una monarquía tirana y totalitaria que le indica que hacer, como, cuando y a donde dirigirse.
Avanzando en la obra, en el personaje del conde, y en sus peculiares simbolismos, resulto inevitable sucumbir en la interpretación de Les Chants de Maldonor, quizá por ser esta una obra por demás versátil y significativa que permite evolucionar en múltiples interpretaciones y deja entrever variados enfoques metodológicos.
En este tramo del desarrollo de mi obra, me permití utilizar una visión icono-grafica con rasgos basados en las propuestas de Evelyn Aixada y Ana Alonso, autoras referentes de varias investigaciones en torno a Les Chants, focalizandome, en este caso en dos de los tantos animales que el Conde menciona en sus versos, el sapo y la avispa.
En este 150 aniversario del poeta montevideano, realice esta obra jugando con el simbolismo y significado que ofrece Ducasse, de esta manera quise honrar su obra, recordar su efímera y tortuosa vida, y tratar de descubrir tan solo un poco del sufrimiento, del miedo al cambio, de la brutalidad humana y del dolor del crecimiento con que el autor nos invita a explorarnos y a auto evaluarnos como seres pensantes y como sociedad.
Nombre de la obra: “Íngrimo” óleo sobre tela. 40x50cm


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